Estudios realizados en Francia confirman que la música estimula la productividad y el entusiasmo laboral. Las tonalidades mayores crean una atmósfera alegre y de gran dinamismo. Las tonalidades menores relajan y proyectan tranquilidad y sosiego.
La ejecución grupal permite detectar y valorar perfiles inéditos o desconocidos para el fortalecimiento de habilidades directivas y de liderazgo.
La inclusión de personas con discapacidad en las organizaciones dignifica no sólo a los miembros de las empresas; sus efectos y bondades alcanzan niveles de institucionalidad.
Crear ambientes amigables o fraternos consolida los valores y la misión de los organismos; máxime cuando se hace partícipe a personas con alguna desventaja física o mental.
La emoción que produce la música libera sustancias y neurotransmisores que con sus reacciones químico eléctricas,intensifican la actividad neuronal, dando grandes posibilidades de que se potencien actividades como la memoria, la alegría, la sociabilidad, el buen ánimo y la agudeza intelectual, entre otras.
Las actividades artísticas impactan de manera particular al hemisferio derecho en cuya zona residen funciones creativas y de innovación.
Este fenómeno tiene aplicaciones muy claras para la vida común, pero también para el mundo de la empresa, los negocios, para el liderazgo y especialmente para sensibilizar sobre la importancia del trabajo en equipo.
Trascienden estas prácticas a la simple sensibilidad o compasión perceptible.
¡Humanizan y dignifican a los colaboradores y a sus ambientes de trabajo!
“La músicaes la taquigrafía de la emoción”.
León Tolstoy