“Si yo pudiera enumerar cuánto debo a mis grandes antecesores y contemporáneos, no me quedaría mucho en propiedad”
Johann Wolfgang von Goethe.
Hay mucha alegría en recibir, pero una alegría aún mayor en agradecer el don o beneficio que se nos ha dado.
Si no somos escasos pidiendo, menos deberíamos serlo recibiendo y agradeciendo...
Una de las formas privilegiadas de agradecer lo que recibimos, es retribuyendo a la vida ayudando a otros. El filósofo chino Lao-tsé, expresaba que: "El agradecimiento es la memoria del corazón".
"No hay deber más necesario que el de dar las gracias", afirmaba el político, filósofo y escritor romano Marco Tulio Cicerón.
Aunque la palabra gratitud la define el diccionario como “el sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera”, la realidad es que cuando ayudamos, debemos hacerlo des interesadamente y sin afán de ser retribuidos por nuestra acción.
“Si hacesbien para que te lo agradezcan, mercader eres, no bienhechor”, reconocía elescritor español Francisco de Quevedo.
El filósofo, escritor y Premio Nobel de Literatura (1913) Rabindranath Tagoredecía: “Agradece a la llama su luz, pero no olvides el pie del candil que paciente la sostiene”, en otras palabras, reza un proverbio chino: “Cuando bebas agua, recuerda la fuente”.
Uno de los principales enemigos de la gratitud es el tiempo; bien lo expresó el famoso autor de la obra “El Padrino”, Mario Puzo, cuando dijo: “El tiempo hace estragos en la gratitud, aún más que en la belleza”. Es preciso animar a las nuevas generaciones a ser agradecidos dando congruente testimonio cotidiano.
“La raíz de todo bien reposa en la gratitud”, sentenció el Dalai Lama.
Concluimos con una frase del poeta romano, Virgilio:
“Mientras los ríos corran al mar y haya estrellas en el cielo, debe durar la memoria del beneficio recibido en la mente de la mujer y el hombre agradecidos”.